Otra exposición y libro imprescindibles: España oculta

El comienzo de PhotoEspaña 2024 ha traído a Madrid una buena y amplia selección de exposiciones de fotografía. Desde el pasado 10 de mayo y hasta el 29 de septiembre tenemos tiempo más que suficiente para disfrutar de colecciones muy diversas con autoras y autores míticos, como David Goldblatt o Elliott Erwitt y otras, jóvenes promesas. Y dentro de este «ambiente», aunque fuera del programa de PhotoEspaña, nos encontramos alguna que otra sorpresa maravillosa, como la que nos ofrece el Círculo de Bellas Artes, en su Sala Picasso, y hasta el 18 de agosto. Nada más y nada menos que la exposición España oculta, que Cristina García Rodero ya hiciera en 1989, como culminación a su obra magna que comenzara por mediados de los años 70 y que la llevó a recorrer España de norte a sur, y de este a oeste con su Asahi Pentax de 35 mm, para recoger las tradiciones y folclore de toda la geografía española. Además de un trabajo fotográfico excepcional, que le permitió ser la primera fotógrafa española en entrar en la agencia Magnum, es un valiosísimo documento gráfico antropológico, que certificó Julio Caro Baroja, escribiendo el prólogo del libro/catálogo que la acompañó, y que también se publica de nuevo, algo que debemos celebrar todos los que amamos la buena fotografía.

Yo visité la exposición ayer, junto con mi amiga Virginia, y la estuvimos disfrutando durante varias horas. Creo que no puede haber mejor lección de fotografía que contemplar de cerca y con esa calidad las imágenes atrapadas por Cristina. Son imágenes sencillas, honestas y con una sensibilidad fuera de lo común. Como ella misma dice, «intenté fotografiar el alma misteriosa, verdadera y mágica de la España popular». Unas imágenes que dignifican a las personas que están al otro lado de la cámara, pero sin perder un ápice de humor. Pero sobre todo muestra una sensibilidad extraordinaria ante la infancia. Los seis angelitos que parecen estar fuera de este mundo, la niña que duerme plácidamente mientras sus padres trabajan en las eras, la niña montada en un burro, los niños jugando a crucificados…, en fin, una larga lista a cual más emotiva.

Como decía antes, junto a la exposición, también se ha editado de nuevo el libro/catálogo. En realidad se lo ha editado ella misma. Es una de las inversiones mejores ahora mismo para los amantes de la fotografía y os aconsejo que os hagáis con un ejemplar cuanto antes. Yo ya tengo el mío, y tiene un plus especial, porque me lo ha dedicado personalmente Cristina, así que lo guardaré como oro en paño. Y desde luego no os perdáis esta exposición porque ciertamente es única. Un auténtico placer. Y luego os podéis subir a la terraza del Círculo (incluido en el precio) para admirar una de las mejores vistas de Madrid y de paso os tomáis una cervecita (esta no está incluida en el precio).

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